lunes, 23 de julio de 2018

¿QUÉ PENSARÍA ANA FRANK DEL BLOQUEO DE SUMINISTROS A GAZA?



En 1993, cuando estaba en 2° medio, estudiando en un colegio de monjas del cual quería salir corriendo, cayó en mis manos un libro que me impresionó: “Los hornos de Hitler”. En él, la autora exponía el nivel de locura y desprecio por la vida humana, que a ella le tocó sufrir; y yo llegué a sentir la más profunda admiración por el pueblo judío y su resciliencia para no perecer, para prevalecer cuando quieren exterminarte y quitarte todo, hasta la humanidad. Como era yo muy joven y pensaba que tener una religión era necesario para vivir, y la que me habían impuesto me repugnaba absolutamente por su falta de coherencia con lo que se supone es el amor fraterno de Cristo, pensé seriamente en hacerme judía y cambiarme al bando del “Señor de la Justicia”.
Hoy en día, laica, con 25 años más en el cuerpo y muchos más libros e información encima, y considerando personalmente que los dioses no son más que las ideas con las que el hombre busca dar un sentido a su pequeña existencia, me deja perpleja la actitud del Estado de Israel y la forma en que se ha comportado con el pueblo palestino. Puedo llegar a entender (sin justificar) que luego de la declaración de independencia de Israel en 1948, que fue lamentablemente rechazada por Palestina, el estado naciente iniciara una lucha armada para consolidarse.  No obstante, han pasado 70 años desde aquello, y tristemente el Estado de Israel, ya consolidado y con una calidad de vida del primer mundo para sus ciudadanos, se ha portado en los últimos años como si hubiese perdido la memoria respecto al dolor que significa para un ser humano, ser expulsado de su casa, acosado, tratado como ganado, y masacrado.
Es esa perplejidad por la falta de coherencia y no antisemitismo, lo que tiene al mundo entero apoyando a Palestina, pero lamentablemente Israel, a pesar de estar en una posición claramente dominante y privilegiada para solucionar la situación, todo lo percibe como un ataque, incluso cuando es el él quien ataca. Ciertamente, Israel se defiende diciendo que su estado está peligro, pero a la luz de los hechos, eso no es más que una justificación vacía para no hacerse cargo del ataque población civil y la ocupación territorial, y es eso lo que el mundo censura: la falta de simetría en la guerra; es como si 10 hombres pelearan contra uno solo, le sacaran la cresta, y esos mismos 10 se auto denominaran valientes y justos. Es la falta de justicia al hacer la guerra.
Debemos recordar que, en 1947, la ONU, aprobó la creación de dos estados, uno israelí y otro palestino, en lo que había sido el Protectorado Británico de Palestina; ello, como consecuencia de la necesidad de resolver de la manera más justa posible los horrores del holocausto, y la necesidad de reubicar a miles de personas que no querían ser recibidas en ninguna parte.
 Ahora bien, lejos de acatar la resolución, los hijos de la justicia se tomaron la revancha con el más débil, ocuparon terrenos palestinos “muñequeando” por la propiedad de Jerusalén, y hoy el pueblo palestino está prácticamente circunscrito al gueto de Gaza,  absolutamente superpoblado y caratulado como población de segunda clase, por parte de Israel.
Hace unos días se aprobó en el parlamento israelí, la ley Estado- Nación, que consagra a Israel como una patria judía, y declara el hebreo como lengua oficial. Es evidente que un estado soberano tiene derecho a auto determinarse libremente y decidir cómo habla, cómo escribe y en qué dios o idea cree, pero lamentablemente ante la comunidad internacional, aquello se lee como un “no voy a parar”, y considerando la particular situación de Israel y Palestina, parece más una provocación; tal como quien pretende apagar un incendio con bencina pues, el pueblo palestino, es también un pueblo que ama su propia fe, sus sueños de libertad y considera a Jerusalén como una ciudad santa, a cuya parte oriental ha declarado capital de su estado, el cual ha sido reconocido por varios países, entre ellos Chile.
Es importante aclarar que, el reconocimiento al Estado Palestino, no constituye apoyo a un estado por sobre otro, ni al islamismo en desmedro del judaísmo; porque para un laico, la religión y el estado son dos cosas distintas que no deben mezclarse: ambos estados deben existir; y no obstante, es imposible no empatizar con los palestinos, quienes están siendo atacados, lamentablemente, por un pueblo que hace 75 años fue, asimismo, vejado salvajemente.
Lo más inverosímil de todo, para aquellos que aún no creen en lo circular de la historia (o en la falta de memoria del ser humano) es que Israel, pretendiendo alejar a “los terroristas palestinos”, ha construido un muro, tal como hubo en Varsovia un día; ello, sin contar con que desde hace días  Gaza, el gueto moderno, se encuentra aislado por las tropas israelíes respecto de los suministros que entran a la ciudad y está sin combustible. ¿Le suena familiar la historia?
Ahora bien, tampoco creo que esta conducta se deba a una maldad sionista o alguna cosa del tipo teoría conspirativa, sino que, creo que el pueblo judío, aún tiene el trauma del holocausto muy encima, y aquello ha trascendido al estado que formó, entonces tratando de sobrevivir bombardea todo lo que se mueve, pero ya está: en esta ocasión no son las víctimas; por eso, hoy ni la ONU les presta blindaje; y es que, ya no da para más la situación en Gaza.

martes, 19 de junio de 2018

MUJER, ASUME TU ROL HISTÓRICO.


Hoy, en todo occidente al menos, se habla al unísono de la nueva revolución feminista y la igualdad de derechos, del fin de la educación sexista, y de la necesidad de instaurar un lenguaje inclusivo que los incluya a todas, todes y todos. Se ha festinado con memes respecto de algunas propuestas, se han iniciado acaloradas discusiones en diversas partes del mundo, han habido tomas estudiantiles e incluso, las mujeres chilenas y argentinas lograron, respectivamente, sendos hitos legislativos en sus respectivas luchas por despenalizar el aborto y exigir autodeterminación, en ese aspecto.
Se ha reflexionado acerca de nuestra propia contribución como mujeres a la perpetuación de un rol asignado desde la masculinidad; se ha discutido incluso acerca de la estética femenina imperante y su autenticidad, en tanto si verse o vestirse de determinada manera es o no una imposición cultural, como el usar pelo largo, por ejemplo. Ha estado interesante la discusión.
 
No obstante, a pesar de toda la información existente y de las manifestaciones ciudadanas, de algunos logros importantes no hemos logrado asir el problema de fondo; aquel vicio que realmente causa esta desigualdad y que está instaurado hasta las bases. Tal vez, será que como sociedad nos hemos quedado en el síntoma, siempre tan molesto, y ello no nos ha permitido atender la dolencia esencial.
Si lo que buscamos es una sociedad inclusiva y diversa, una educación no sexista y el fin de los abusos sistemáticos de todo tipo, derivados de esta “supremacía masculina patriarcal heteronormada” por sobre la visión femenina cooperativa, lo primero que hay que determinar es, qué es aquello masculino que resulta tan lesivo, al punto de que la mujer deba salir a las calles a defender su humanidad: yo pienso que es esa puta costumbre de los varones de imponer su visión práctica del mundo, por la razón o la fuerza.
 
Creo que, podemos decir con propiedad que nuestra propia historia nos ha expuesto de manera brutal, la violencia con que un grupo de “hombres de negocios” apoyados por nuestro propio ejército (tristemente) instauró tras el golpe de Estado de 1973, una sociedad neoliberal e individualista económicamente que tiende paradójicamente, a la estandarización de conductas, gustos y líneas de pensamiento orientadas a la asimilación de lo que sea que esté en la posición dominante. Mediocridad, básicamente.
 
El golpe de Estado fue una violación y femicidio frustrado a la mujer- Patria, pero aún seguimos de pie y todavía tenemos los mismos sueños de libertad que antes, verdadera libertad para las personas que amamos. Evidentemente que, nuestros métodos para alcanzar una sociedad más justa no serán los mismos, pues el mundo cambió mucho, Chile cambió mucho, el pueblo de los ´70 no es el mismo que el pueblo del 2018; pero todavía seguimos padeciendo algunas injusticias intolerables, en algunas humillaciones insufribles, pobrezas de todo tipo y abusos inhumanos.
 
Hoy la lucha de las mujeres es personal, e intentamos cambiar el mundo desde lo femenino, desde lo inclusivo, desde la cooperación, y aunque algunas mujeres violentadas han reaccionado con fuerza, pues existe un desgaste evidente tratando de hacerse escuchar sin resultados, la postura femenina siempre ha estado orientada hacia hacer entender a las élites compuestas principalmente por hombres, que: NO es un rol histórico de la mujer ser comparsa y ayudante del varón, en una sociedad determinada (asistente de, señora de, mamá de), sino que, la mujer es un agente activo de cambio en el mundo, precisamente a través del hacer y ser femenino. 
 
La “matrix” imperante, de orientación masculina y militarista, nos agrede (y de paso a nuestros hijos) a través de la legislación en general, a través del mercado laboral, a través de la falta respeto por el pensamiento femenino y sus representantes, por todo el ninguneo a las expresiones intelectuales propiamente femeninas o afectas a lo femenino: como el arte, el diseño, la música, la danza, la poesía, todas esas “cosas de mina o de artista” que son “tan lindas, pero tan inútiles para la vida”.
ESO ES, precisamente contra lo que hay que luchar: la permanente minoría de edad, metafóricamente hablando, que se nos ha asignado como ser sexuado mujer; rol asignado por el varón y por las propias mujeres que, increíblemente, están de acuerdo con esa situación de subordinación. Es esa típica condescendencia intelectual, en donde si yo digo “A”, entonces no es nada nuevo o, es algo básico y evidente; pero si un varón es quien dice “A”, entonces él es visionario y genial, innovador sin duda.
Cuando hablamos de educación no sexista, además de incluir el tan manoseado todes, y “hebler tede esé” hay que partir por exigir que, en la malla curricular escolar, se reintegren las artes y las ciencias humanistas. Una sociedad que valida un sólo tipo de conocimiento por sobre otro que desprecia, acaba siendo una sociedad coja y mediocre, de visión pobre y sesgada, machista a fin de cuentas, tal como lo es la sociedad chilena. 
 
Hablemos de bullying machista, ¿acaso nunca se burló usted de la ex presidenta, por gorda, o por la falta de manejo comunicacional que adolecía? Todos lo hicimos alguna vez, yo también la traté de “gordi”, eso es machismo y es un ninguneo a una mujer que llegó a la Primera Magistratura del país, dos veces; pues, a pesar de todas las falencias que tuvo su gobierno al implementar las reformas que trataron de recoger las demandas ciudadanas, a pesar de los escándalos de corrupción y demases, fue una mujer quien se la jugó como nadie para generar un proyecto de nueva Constitución, que hoy duerme en el congreso; proyecto que, a pesar de las críticas recibidas, contiene en su artículo 1° una reconocimiento a la familia “en sus diversas modalidades como núcleo fundamental de la sociedad”, y que en el artículo 3° impone al Estado el deber de crear las condiciones necesarias para el desarrollo integral y sostenible de la comunidad y de sus integrantes…” o que, por ejemplo, incluye garantías constitucionales que no existían antes en nuestro ordenamiento jurídico: el derecho a la personalidad, el derecho a una educación propia de los pueblos indígenas, etc.
En fin, hoy este movimiento ciudadano está en posición de despertar los proyectos dormidos que empezaron otras mujeres, y tiene la posibilidad de hacer su propio aporte, su propia cooperación. ¿Por qué hemos permitido que sistemáticamente se nos reste humanidad? ¿no somos Hombres acaso, todos los humanos de la Tierra?
 
En la declaración del Hombre y del Ciudadano, de 1789, su artículo 1° señala: Los Hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Evidentemente ese Hombre con mayúscula, incluía e incluye a todas las mujeres y a todos los varones, como manifestaciones sexuadas de la humanidad. Es decir, ya en 1789 las mujeres francesas sabían que eran humanas, entonces, cabe preguntarse por qué esta perogrullada de que, mujeres y varones tienen los mismos derechos y deberes, es absolutamente invisibilizada, omitida sistemáticamente por la sociedad, e incluso por el Estado chileno al 2018, al permitir y/o establecer a través de sus poderes, diferencias arbitrarias, visibles e invisibles.
 
Hace unas semanas, un personajillo ligado a la dictadura, dijo que lo malo de la revolución feminista era que estaba comandada por puras lesbianas; aquel comentario homofóbico y machista es doblemente denostador pues, aquel personaje, pertenece a un sector que considera a los homosexuales como personas de segunda clase y moralmente reprochables, entonces hay en primer lugar un cuestionamiento moral al movimiento feminista, sólo por la opción sexual de algunas de sus líderes. Yo me pregunto, ¿qué tendría de malo que la revolución feminista la iniciara un grupo de lesbianas? ¿No son acaso mujeres, las lesbianas, y no constituyen acaso, un grupo de mujeres atacadas con particular violencia? 
 
Por otra parte, el comentario referido, y que es fiel reflejo del pensamiento la elite neoliberal chilena, ningunea a la mujer heterosexual pues, no la considera capaz de liderar un movimiento, no la ve, la invisibiliza detrás de una dueña de casa, niega la capacidad femenina de organizar una revolución pacífica y efectiva, niega la capacidad de la mujer heterosexual de dirigir. Para la derecha neoliberal la mujer heterosexual es una mujer sin poder, sin ideas propias que DEBE ser consorte.
¿Y qué pasaría si la revolución feminista hubiese sido arengada, no por las estudiantes, sino por las mamás de Chile, en nombre y en representación de las mujeres de Chile y de sus hijos? ¿Les parecería mejor la revolución feminista o se cagarían de la risa? Tal vez, nos llamarían “mamanazis” y algún pelotudo nos definiría como “mujeres aburridas que quieren salir a puro webiar a la calle”. Sí, seguramente nos ningunearían más, y aun así seguiríamos gritando.
 
Tengo 2 hijas, quisiera que ellas fueran absolutamente felices siempre y que crecieran en una sociedad capaz de ofrecerles lo mejor, la mejor educación, la mejor salud, respeto por sus ideas, por sus gustos, por la forma de amar que elijan cuando estén en edad para elegir, en fin, que sean mujeres íntegras. Sé que ello no será posible si las mujeres que estamos en posición de luchar, permitimos que esta flecha que han lanzado las estudiantes se pierda en el vacío, y todo quede en nada o, se remita a un mero cambio cosmético del lenguaje. Es urgente transformar Chile en una sociedad moderna e inclusiva, pero de verdad; se puede y se debe.
 
Esta revolución, no es una declaración de guerra feminazi contra los machos del planeta, sino una invitación a cooperar y construir sociedad: basta de negar el mundo femenino que es, precisamente el 51% de la población humana del planeta.
Recuerden siempre chicos que, según el gran libro de los mitos, si no fuera por Eva, Adán jamás se habría cuenta de que estaba absolutamente desnudo. Así, el rol histórico de la mujer es y ha sido desde el principio, precisamente, revolucionar el mundo.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

SEGUNDAVUELTA: MATAR DOS PÁJAROS DE UN TIRO.




Escribo esto, a título personal y como militante de RD, pues quiero transmitir una inquietud importante, no sin antes felicitar a todo el Frente Amplio, por los escaños obtenidos en el parlamento y el importantísimo apoyo ciudadano que tuvo Beatriz Sánchez. Fue un golazo.
Creo que todos lamentamos la pérdida de algunos de nuestros candidatos emblemáticos, porque hubo gente muy preparada que lamentablemente, no logró el porcentaje requerido para el escaño, pero sería cínico de mi parte decir que estamos tristes pues, al fin la matrix nos ha favorecido y a la hora de aprobar un proyecto importante, muchos darían su vida por un voto. Por eso esperamos que nuestros representantes mantengan su espíritu siempre alto, como buenos hobbits; es difícil cargar con el anillo, hay que tener siempre en vista lo esencial.
Nuestra candidata llegó tercera por muy poco, a pesar de que nuestro programa de gobierno es audaz como somos aquellos que adherimos al proyecto; eso es interesante, pues quiere decir que somos muchísima gente. Es que, Chile es y ha sido históricamente un país de izquierda.
Por eso, es tan importante este momento en el que estamos hoy como Frente Amplio, pues tenemos el enorme poder, la oportunidad y la responsabilidad de elegir con nuestro voto o con nuestra abstención, al próximo presidente de Chile. No es menor lo que se juega.
Muchos dicen que llamar a votar directamente por Guillier es transar, venderse, etc. Yo no lo creo así, ya que, partiendo de la base que seremos oposición; entenderse con él y su equipo como adversario, es mucho más fácil que entenderse con el otro caballero y su gente.  Así, aunque Guillier y su programa no represente nuestras aspiraciones de cambio, es innegable que tiene una mirada mucho más en sintonía con la ciudadanía, por lo que de ser elegido presidente, nos dejaría en pie de ser una oposición sumamente constructiva; crítica, pero constructiva y que atornilla siempre a la izquierda.
Por el contrario, todos tenemos claro que el candidato empresario trae su propia retroexcavadora neoliberal, por lo que abstenerse de votar en segunda vuelta, y permitir que la derecha gane por bockover, sería como pisotear años de nuestras propias marchas en las calles y manifestaciones pacíficas del movimiento ciudadano.
Además, si Piñera es presidente, como Frente Amplio, siempre vamos a ser tratados como la oposición extrema, la izquierda revoltosa, los cabros chicos, los progres, los hippies, entre otras tantas descalificaciones, tantas veces escuchadas.
Si Guillier es presidente, será mucho más fácil para el Frente marcar agenda pues, aunque tenemos varias y profundas diferencias, hablamos el mismo idioma y en sus filas también están algunos de aquellos que también marcharon el 2006 y el 2011.
Es claro que seremos oposición, pero son raras las veces en la vida en las que uno tiene la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro, por ello es importante dar mensajes claros. Más que esperar que el candidato de izquierda “nos seduzca” (es altamente probable que no ocurra), hay que pensar que, lo importante es tener un buen adversario para construir el Chile que queremos.
La DC, que podría haberse restado ya gran parte de su electorado es cercano a las ideas de derecha,  le dio el apoyo a Guillier y muy seguramente será parte del próximo gobierno. Nosotros no seremos parte del gobierno de ninguna manera, pero tampoco debiésemos atornillar al revés no votando en segunda vuelta; porque, aunque el triunfo parlamentario del domingo fue maravilloso, aún queda todo el segundo tiempo de esta batalla de los lápices; y como sabemos, un voto de diferencia basta para hacer historia o ser historia.
Si gana Piñera, Chile pierde. ¡¡¡A votar!!!

miércoles, 1 de noviembre de 2017

SOMOS MUCHO MÁS QUE UN NÚMERO



Ayer veía en youtube, un video que relataba la trayectoria de Bernie Sanders, ex precandidato presidencial norteamericano, quien perdió la primaria demócrata contra Hillary Clinton. Más allá de su consecuencia y lucha social por décadas, lo interesante es constatar como desde 1980 aproximadamente, Sanders viene advirtiendo y poniendo de manifiesto aquello que sabemos muy bien en Chile: el neoliberalismo empobrece a las sociedades que la instauran como forma de desarrollo de mercado, generando guetos de pobreza y de riqueza que sólo contribuyen a la desintegración social y a la violencia.
Con datos duros, Sanders se encarga de hacer presente como, sistemáticamente, el pueblo norteamericano se ha empobrecido gracias al neoliberalismo, disminuyendo brutalmente la clase media, enriqueciendo obscenamente a los más ricos y empobreciendo en todo sentido a los más pobres. ¿Le suena parecida la historia?
Cómo si no, si para nosotros los chilenos, laboratorio de los Chicago Boys, su paso por nuestra tierra ha sido funesto en muchos aspectos, pues a causa de la mercantilización de todo lo existente, el crédito otorgado a mansalva sin aumentar los sueldos y el endeudamiento galopante, nos ha otorgado una falsa sensación de bienestar, mientras nuestros recursos son capturados por los dueños de los grandes capitales, quienes han sido absolutamente impíos en su carrera por adquirir todo lo que sea posible de ser poseído.
Aunque resulte cansino, es inevitable hablar del golpe de Estado, pues es el punto de quiebre de la institucionalidad y el verdadero estreno de la retroexcavadora de la que tanto se llena la boca la derecha chilena. El golpe, más allá de nuestros muertos, arrasó con todos los cimientos de nuestra vida republicana:
1)      Con nuestra Constitución, que databa de 1925 y que aseguraba la obediencia de las FF.AA. a la Constitución (cuec!) y una serie de derechos garantizados que hoy no existen y suenan a utopía, pues los valores mismos de la sociedad fueron trastocados.
2)      Con la posibilidad del Estado de crear empresas y puestos de trabajo más allá de la burocracia estatal, considerada “gasto” por la derecha neoliberal. Seguro más de alguien dirá que el Estado actualmente puede crear empresas, pero adviértase que para ello se requiere una ley ad -hoc y por supuesto, no se puede vulnerar por nada en el mundo el principio de subsidiariedad, es decir, la preferencia que tienen los grandes capitales de crear empresa. O sea, de facto, cero oportunidad para el Estado de emprender y crear empleo sustentable sin que la derecha patalee ante el Tribunal Constitucional. Lo anterior,  implica por ejemplo que, no puede existir una constructora estatal que se encargue de la construcción de viviendas sociales, y en cambio hay que licitar el asunto a privados y será una empresa de los mismos de siempre, la que construya para los pobres, unas casa de mierda en unos barrios de mierda, por un precio obsceno para lo que valen.
3)      Se dañó severamente la imagen del Estado de Chile y su percepción ante la población, en cuanto a su capacidad para ser eficiente: “todo lo estatal el malo, funciona como las pelotas, los empleados son flojos, quieren todo gratis, etc”. Ello, excepto cuando el Estado ha debido salvarles el culo financieramente, como en los 80 a los bancos, uno de los cuales fue desfalcado por el candidato Piñera. Welcome to the chilean way.
4)      Se capturaron, mediante la creación de las AFP, los dineros de las pensiones de los chilenos, otorgando por Decreto Ley (sin congreso, ergo sin representación popular) a empresas privadas la administración de dichos dineros. De más está decir que, como mandatarios de los trabajadores, las AFP sólo han ganado dinero para ellas mismas, pero su gestión ha resultado un negocio tan funesto para millones de trabajadores que ponen su dinero en ellas. En el sistema neoliberal, el pueblo pierde incluso cuando es el socio capitalista. Esa codicia grosera e imputable sólo a una falta de inteligencia extrema ha puesto el lucrativo negocio de las AFP en riesgo y bajo la lupa de la opinión pública.
Ese es el problema del neoliberalismo, explota un mercado hasta reventarlo, y para efectos de las pensiones, sólo acá, en el reino de lo absurdo los trabajadores no tienen la libertad de elegir qué hacer con su dinero.
5)      Se vendió todo bien del Estado que se pudiera vender. Falta el 5% de los derechos que agua, pero seguramente Piñera ya los tiene comprometidos con algún inversionista, y así vamos desmantelando al Estado. En el arte de la guerra, lo primero que hace un general inteligente es dejar al adversario sin dinero. Eso es gravísimo.
6)      Los valores republicanos se cambiaron por los valores del mercado. Esa es lejos la herencia más perniciosa de la dictadura y la derecha neoliberal, pues no se trata de rechazar el mercado y otorgarle nulo valor, si no, de darle el lugar que le corresponde dentro de una sociedad. El mercado permite la creación de riqueza, la posibilidad de emprender, etc., pero no puede determinar los valores de una sociedad, ni dejar toda la actividad humana a merced del mercado ciego. Es una estupidez, un suicidio dejar todo a merced del mercado.
En suma, es absolutamente repugnante y patético que aún en el 2017, a casi 200 años desde la declaración de independencia de Chile, los sueños de nuestros próceres sean sólo eso, y aún nos debatamos en el absurdo de si ha de considerarse o no un derecho, la educación.
En cualquier país civilizado, que cuente con el dinero que tiene Chile, se consideraría que educar a la población y capacitarla gratuitamente, es la mejor inversión que puede hacer un país. No existe puente, ni línea de metro, ni dotación de carabineros que genere más paz social, estabilidad económica, cultura, ciencia y oportunidad de negocios que una sociedad educada, bien alimentada y con una vida digna. Eso es estar en la “A”.
La profunda inequidad que genera el sistema neoliberal y que ya tiene consumido a Estados Unidos, pues su clase media agoniza desde hace décadas, es asimismo la fuente de todos los dolores de cabeza de nuestra sociedad; puesto que, el gran problema del neoliberalismo no es el dinero, no hay nada malo con el dinero: el problema es la deshumanización de la sociedad a propósito del mercado neoliberal. Es pensar el mundo no a propósito de las personas que lo habitan, sino que, en cuotas de participación de mercado, en porcentaje de crecimiento, de utilidad, de rendimiento, etc., olvidando que el mercado es una creación humana y que por ello debiese estar al servicio del hombre, propugnando por su desarrollo integral.
Bajo la dictadura del neoliberalismo, lo importante son las cifras y no las personas. Nos hemos transformado en una mera cifra, de esas que le importan tanto a personas como Fernando Villegas, como si ellos mismos no fuesen unos patipelaos de medio pelo.
En mi humilde opinión, el mercado debiese estar al servicio del hombre y no al revés, pues nosotros los ciudadanos, los hombres y mujeres libres de esta patria, somos mucho más que un número.

¿QUÉ PENSARÍA ANA FRANK DEL BLOQUEO DE SUMINISTROS A GAZA?

En 1993, cuando estaba en 2° medio, estudiando en un colegio de monjas del cual quería salir corriendo, cayó en mis manos un libro que ...